El regreso del boxeo cubano al profesionalismo, después de 60 años, fue arrasante en el Palenque de la Feria Nacional de San Marcos, en Aguascalientes. De los seis participantes, todos ganaron de forma contundente, cinco de ellos por la vía del nocaut, por solo una ganada en las tarjetas de los jueces.

La calidad boxística de los antillanos fue por demás exquisita y de mucho poder, ejemplo, el del cubano Arlen López, quien noqueó efectivamente y por demás espectacular en el primer round, al mexicano Fernando Galván, en peso semicompleto.

López solamente necesitó cazar a su rival. Así lo hizo, y con un gancho de mano izquierda a la mandíbula de Gálvan, lo mandó a la lona totalmente descompuesto, por lo que requirió los servicios médicos. Finalmente, el boxeador mexicano se puso de pie y bajó del ring por sus propios medios. La pelea terminó a 1´34´´.

Rionel Iglesias de Cuba, de igual forma ganó por nocaut en dos rounds, sobre el mexicano Brandón Pérez, en peso superwelter. La conclusión del combate se dio gracias a un potente gancho al hígado que no soportó el mexicano, quien cayó en malas condiciones a la lona con rictus de dolor.

El también cubano Feliciano Hernández ganó por la vía del nocaut en tres capítulos, al superar al mexicano Juan Carlos Raygoza, en peso de 78.500 kilogramos. Con potente recto de mano derecha, Feliciano lastimó a su oponente, por lo que el réferi Lupe García detuvo acertadamente la riña.

El isleño Osvel Caballero noqueó en cuatro rounds a Jhosman Reyes, en peso superpluma; Lázaro Álvarez ganó por decisión unánime en seis rounds al mexicano Francisco Mercado, en peso superligero; el cubano Julio César la Cruz noqueó en dos rounds al colombiano Devis Casseres, en peso crucero; y el ex campeón mundial venezolano José "Bolivita" Uzcategui noqueó en dos rounds al mexicano Felipe Romero, en peso de 88 kilos.