¿Qué has hecho por mí últimamente? Esa pareciera ser la pregunta que sale de los labios de muchos fans del boxeo, desde que Shane Mosley perdió su título welter del CMB ante Vernon Forrest, en enero del año pasado, y luego la revancha en julio.

 Las mismas personas que decían que Shane era el próximo Sugar Ray Robinson, son los que dicen ahora que nunca fue tan bueno después de todo. Algunos escritores del boxeo hasta dicen que ni siquiera debe llevar el apodo "Sugar”. Cuando Mosley era el campeón mundial ligero de la FIB, defendiendo su título siete veces, no se equivocaban.

Subió no solo una, sino dos divisiones y le propinó a Oscar de la Hoya su verdadera primera derrota – una sin dudas ni especulaciones – y fue proclamado el rey libras por libra. Tres impresionantes defensas después, todas por nocaut, y los conocedores y escribanos vitoreaban a Mosley para que se enfrentara al campeón indiscutible de los pesos medios, Bernard Hopkins.

¡Qué tan rápido se olvidan las cosas! Dos duras derrotas ante Forrest, e inclusive su padre y entrenador Jack estuvo bajo el escrutinio. “Mosley necesita un nuevo entrenador,” gritaban, haciendo desaparecer mágicamente sus dos títulos, 38 victorias y 35 nocauts. Inclusive el “Niño de Oro” quería pelear con él.