Anthony Yarde descubrió en apenas su segunda pelea amateur que ganar por puntos e intentar impresionar a los jueces no es para él.

Yarde, por supuesto, está listo para una segunda oportunidad en la gloria del título mundial cuando se enfrente al invicto campeón unificado Artur Beterbiev, en el OVO Arena, Wembley, el 28 de enero, en vivo por BT Sport, después de haber superado reveses profesionales contra Sergey Kovalev y Lyndon Arthur.

La autoproclamada “Bestia del Este” de la capital disfrutó de una experiencia amateur limitada de solo 12 peleas antes de irrumpir en la escena profesional en 2015. Eso significaba que no fue moldeado en un peso semipesado de libro de texto, ni tomó a bordo demasiados rasgos amateur.

De hecho, rechazó rotundamente las solicitudes de su entrenador aficionado Tony Cesay, de adoptar un enfoque más paciente en su trabajo, lo que resultó en que solo tuviera una docena de peleas sin pagar.

“También fue el marco de tiempo, comencé a boxear tarde”, agregó Yarde, que ahora tiene 31 años.

"Creo que Tunde (entrenador/gerente, Ajayi) estaría de acuerdo con esto. Cuando conocí a Tunde, ya tenía una base de estilo, basada en personas que había observado, personas a las que quería imitar o volver a mezclar. Siento que Tunde ayudó evolucionar mi habilidad de boxeo ya que era muy poderoso”.

“Como aficionado, entrené con Tony Cesay hasta alrededor de las siete peleas e, incluso como profesional, solía venir y unirse a algunas de nuestras sesiones también. Desde que comencé a boxear, Tony solía decirme estás sentado en tus tiros demasiado, estás con los pies planos, necesitas estar adentro y afuera. Sí, eres poderoso, pero necesitas estar adentro y afuera, adentro y afuera”.

“Le respondí diciendo 'Tono, quiero ser un gran boxeador profesional, no un buen aficionado. Sé lo que dices, pero tengo un plan en la cabeza. Voy a noquear a todos'.

“Dijo que no podía hacer eso porque no conseguiría ninguna pelea. En mi primera pelea, noqueé al tipo, ahora somos amigos, luego no pude pelear durante tres meses. Tony dijo: 'Tú mira, debido a tu físico, la forma en que te ves, y noqueaste a alguien, nadie quiere pelear contigo'.

“Entonces, en la segunda pelea peleé con el tipo. Aún así gané, estaba claro que gané, Ohara Davies estaba allí gritando y, cuando anunciaron al otro tipo como ganador, tenía la nariz ensangrentada, un moretón". ojo… Le dieron la decisión en su programa, un programa militar, y después el tipo entró en mi vestuario y trató de darme su medalla, diciendo 'esa ganaste'.

“Dije que lo mantuviera porque ahora estaba molesto. Si no peleaba, no peleaba, y después de eso noqueaba a todos los amateurs con los que peleaba. Entonces, siempre quise tener ese gran estilo de boxeo profesional”.

Y ahí está la lección: jugar el juego más largo no es para él.

Yarde admite que escuchó a los escépticos que cuestionaron si podría completar los 12 rounds antes de su primer desafío por el título mundial contra el campeón ruso de larga data.

En contra de su buen juicio, se tomó su tiempo e hizo lo mismo cuando se enfrentó por primera vez a Lyndon Arthur.

El espectacular resultado de la revancha con Arthur demostró qué método de boxeo funciona para Yarde y no es una jaula, un enfoque calculado.

“Hecho. Eso es lo que estoy tratando de decir. No creo que tenga que ver con nadie más que conmigo mismo. Tenía una mentalidad cuando comencé a boxear y, en el momento en que traté de cambiarla o escuchar a la gente preguntando si Pude ir 12 rondas, me alejé de lo que sabía”.

“Sé por qué la pelea de Kovalev no salió como yo quería, sé por qué la pelea no salió como quería en los aficionados, sé por qué le dieron la decisión a Lyndon Arthur en la primera pelea”.

“Cuando pasaron todas estas cosas fue cuando fui en contra de mi instinto natural y de lo que dije que iba a hacer desde un principio”.

“Después de esa primera pelea con Lyndon Arthur dije 'no más juegos, sé exactamente lo que voy a hacer. Y lo voy a hacer´. Es como volver al futuro”.