El ex campeón mundial Deontay Wilder considera que la próxima pelea entre Tyson Fury y Oleksandr Usyk, que se llevará a cabo el próximo 17 de febrero en Arabia Saudita, será un choque “50-50".

Wilder se enfrentó a Fury en tres ocasiones, pelearon por un controvertido empate dividido en doce asaltos en 2018, y posteriormente “El Rey Gitano“ obtuvo dos victorias por nocaut en los siguientes encuentros.

Pese a que nunca logró conquistar una pelea de unificación, Wilder está satisfecho con la coronación de un campeón indiscutible en la división de peso pesado.

“Es una pelea 50-50, cualquier cosa podría pasar. La gente ve el tamaño de Fury como una ventaja, pero eso no significa nada porque Usyk puede permanecer cerca del suelo y Fury por su tamaño, le será difícil agacharse. Si Usyk puede entrar y salir muy rápido, creo que la velocidad sería un factor importante. Para mí es 50-50 y me alegra que finalmente suceda para que todos los cinturones queden en un solo lugar. Eso hará que sea más fácil para mí pelear por la unificación de esos cinturones, y no tener que pelear contra diferentes campeones y que ellos se escapen por lo que me ha visto hacerle al último oponente", dijo Wilder.

"Ha sido difícil para mí, he repartido oportunidades, pero no me las han dado y es triste decirlo. Pude unificar la división cuatro veces diferentes en mi carrera, pero estos peleadores no se enfrentaron conmigo y me pondrían sus títulos están en juego“, agregó.

“Definitivamente quiero unificar la división, y mientras más rápido sea, más rápido podré responder sobre el retiro. Pero ahora mismo estoy de buen humor y mirando hacia el futuro y me encanta. Mi aura y felicidad por el boxeo se han reavivado porque sé lo que está por venir y deseo que llegue. Wilder podría estar aquí por un buen tiempo, hasta que haya logrado sus objetivos y entonces me iré”, sostuvo el peso pesado.