Ramón Cárdenas logró un nocaut técnico ante Israel Rodríguez en el sexto round de su choque del pasado viernes, desde Plan City, Florida, y ahora podría ser el nuevo aspirante al título del peso supergallo.

El primer asalto desarrolló un ritmo veloz, con ambos moviéndose y atacado rápidamente y Picazo emitiendo la mayoría de sus golpes con poder, mientras que Cárdenas fue paciente, pero sin dejar de presionar a su rival.

Picazo superaba a Cárdenas, que acechaba y tuvo mucho éxito con izquierdas al cuerpo mientras Cárdenas continuaba presionando, siguiendo al oponente por todo el ring.

Una derecha directa al cuerpo de Cárdenas sorprendió a Picazo al final del segundo asalto y ambos continuaron lanzando ráfagas. En ocasiones, Picazo lanzaba golpes más amplios, pero a Cárdenas le costaba encontrar la distancia necesaria para responder con eficacia.

En el cuarto episodio, Cárdenas se concentró más en el cuerpo, mostró una mejor técnica, pero no conseguía cortar el ring, aunque las piernas de Picazo empezaron a mostrar un poco de fatiga en el quinto.

Cárdenas atrapó a Picazo en la mitad de la pelea y este tomó un tiempo para reponerse. Apenas unos segundos después, se reanudó la pelea, pero hubo un choque de cabezas y el resultado fue que ambos peleadores terminaron con cortes, aunque la herida de Picazo era mayor y estaba cerca del ojo.

El corte sacó molestó a Picazo y volvió al encuentro lanzando golpes ineficaces y sin sentido, mientras que su volumen de efectividad bajaba, Cárdenas lo acechaba y su agresividad hacia delante parecía pasar factura.

Entonces, en el sexto asalto, la mandíbula de Picazo se dañó y empezó a formarse una fea hinchazón.

El médico miró a Picazo entre asaltos y dijo tres palabras: "Oh, querido, sí", en respuesta a si debía pararse la pelea, la cual se detuvo oficialmente en el tercer minuto del sexto episodio.

Cárdenas ha ganado dos peleas consecutivas como favorito en las apuestas y todo apunta a que será una cara nueva en la división de peso supergallo.