El estadounidense Rolando “Rolly” Romero conquistó el vacante título superligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), al noquear en el noveno round, al veterano excampeón venezolano Ismael Barroso, en el combate estelar de una cartelera que se llevó a cabo la noche de este sábado, en The Cosmopolitan of Las Vegas, en el Chelsea Ballroom, de Las Vegas, Nevada.

Pero Barroso se quedó con sed de venganza tras el resultado, quien en el noveno asalto cayó tras un empujón de Romero. El árbitro Tony Weeks, quien algunos cuestionaron su posición de observación, detuvo la pelea y asumió que Barroso estaba bajo fuego y en problemas.

Para el momento de la detención, Barroso estaba adelante en las tarjetas, por lo que está solicitando que se anule el resultado.

“Nos sentimos un poco molestos, fue una injusticia que me hicieron a mí y al equipo porque llevábamos mucho tiempo trabajando por esta oportunidad, pero esperamos, que llegue una solución, una revancha, algo que nos hará volver a pelear con él", indicó Barroso a Jorge Ebro.

“Cuando vi que el árbitro era Tony Weeks me sentí feliz, porque era un árbitro con mucha experiencia, reconocido a nivel mundial. Estaba orgulloso de estar allí con él como árbitro, pero fue la peor decisión que tomé en mi carrera. Íbamos adelante en las tarjetas, cuando lo golpeé me dolió. Para mí la victoria era sólo cuestión de tiempo”, enfatizó el venezolano.

“La promotora Laura Ching, mi manager William Ramírez y mi entrenador Osmiri Fernández enviaron comunicados exigiendo algunas cosas a la AMB y Las Vegas. Esperamos que envíen una solución. Los que saben de boxeo vieron una pelea mal parada, una injusticia contra mí", afirmó.

Previo al encuentro, hubo muchos observadores que sintieron que el boxeador de 40 años tenía la apariencia de alguien mucho mayor, describiéndole como un hombre de 60 años. Sin embargo, Barroso señaló que su desempeño demostró lo contrario.

“Sinceramente, esperaba un mejor Rolando Romero, un pegador más fuerte, pero pasaban los rounds y no lo sentía. Algunos golpes me dieron claramente, pero nunca sentí el poder de él de la forma en que la gente lo pintaba. He peleado con boxeadores más fuertes que él", detalló Barroso.

“Para mí, los 40 son una tontería y creo que el cubano probó la tontería en nuestra pelea. Vio de qué estamos hechos. La gente se confundió, decían que yo era un abuelo, un anciano. Pero el viejo tiene hambre y le gana a cualquiera", concluyó Barroso.