Algunos creyeron que el entrenador Brian “Bomac” McIntyre simplemente defendía a su hombre, pero aclaró que no era así, por el contrario, había observado de cerca a Errol Spence Jr., y no podía creer por qué estaba en el mismo lugar de juego que Terence Crawford.

Después de ser golpeado, Spence no lo creía. Antes de que la hinchazón de su rostro disminuyera, subió al podio posterior a la pelea y reveló que Crawford deberá verlo de nuevo en el ring nuevamente, no descarta activar su cláusula de revancha.

Pese a las declaraciones de Spence, Bomac no muestra preocupación por un nuevo enfrentamiento entre ambos, pese a que no existe fecha oficial, una vez se afinen los detalles correspondientes a una posible revancha, el entrenador hará todo lo que esté en sus manos para que su boxeador salga nuevamente victorioso.

"Cuando suceda la revancha, recuerda mis palabras, pasará lo mismo", sostuvo  Bomac en entrevista con Fight Hub TV.

Aunque todo parece indicar que la pelea puede suceder, hay un detalle que ambos deben abordar. Spence es un gran hombre, no es sólo porque se considera el mejor peleador en las 147 libras, sino también porque era el más grande.

Hasta la fecha, a Spence le ha costado alcanzar el límite de peso welter. Pero después de lo que sucedió el pasado 29 de julio, el hombre de 33 años está convencido que Crawford, en algún punto, podría mostrarle piedad.

Según su acuerdo contractual, Crawford está en libertad de elegir el peso de su inminente revancha al quedarse con la victoria en su primer encuentro. Spence quiere que su secuela se lleve a cabo en 154 libras, pero hasta el momento Crawford, no se ha pronunciado si accedo o no.

Para Bomac, el peso no importa del todo. Ya sea 154 o un número absurdo, no habrá mucha diferencia en el resultado.

"Si sucede en 160 libras, si sucede en 147 libras, si sucede en 122 libras, seguirá siendo lo mismo", sentenció Bomac.