Aseguran que Joshua vs Paul es lo que necesita el boxeo

Muchos consideran que vale la pena intentarlo porque el modelo actual se ha vuelto insostenible y solo prolonga la decadencia del deporte

REPORTE18 de noviembre de 2025Julianis CalderaJulianis Caldera
Joshua vs Paul
Joshua vs Paul / MVP - La pelea se celebrará el 19 de diciembre

Sobre el papel, el combate entre Anthony Joshua y Jake Paul se presenta como el cierre definitivo de una era polémica en el boxeo, un periodo que muchos desean dejar atrás. Su desenlace podría convertirse en el reinicio que el deporte necesita, casi como volver a su configuración original después de años de controversia.

Antes de seguir, es necesario admitir que no existe garantía de que un reinicio funcione. La situación recuerda a “El Proceso” de los Philadelphia 76ers, una apuesta por tocar fondo para reconstruir desde la base mediante selecciones altas y talento emergente que prometía un futuro más competitivo.

El equipo logró descender al fondo y también consiguió selecciones valiosas, pero cometió errores estructurales que frenaron su crecimiento. Entre malas elecciones, lesiones graves, intercambios cuestionables y contratos complicados, la franquicia volvió a quedar estancada a mitad de tabla tras más de una década de esfuerzos.

Ese es el mensaje de advertencia: incluso si Joshua-Paul cumple su misión, el boxeo necesita coordinación real entre sus figuras más influyentes. Aun así, muchos consideran que vale la pena intentarlo porque el modelo actual se ha vuelto insostenible y solo prolonga la decadencia del deporte.

BenavidezYardePosterBenavidez contra Yarde este sábado en Arabia Saudita y DAZN PPV

Un combate que refleja la crisis del boxeo

La realidad es que el boxeo moderno depende de inversiones externas que no provienen del deporte, lo que distorsiona la competitividad y la lógica del negocio. Por eso la pelea entre Joshua y Paul se interpreta más como un síntoma profundo que como un evento con valor deportivo genuino.

Las apuestas hablan claro. Joshua es un favorito abrumador y, para quienes conocen el boxeo, su probabilidad de victoria supera fácilmente el 98 por ciento. Las diferencias entre ambos peleadores, en experiencia, tamaño y oposición previa, no dejan margen para imaginar un desenlace distinto.

Joshua supera a Paul en estatura, peso y recorrido profesional, y ha enfrentado a campeones del más alto nivel. Paul, en cambio, solo ha peleado contra rivales sin trayectoria en boxeo élite o figuras retiradas, lo que genera un abismo competitivo imposible de ignorar. Son mundos completamente separados.

Si el combate fluye sin interferencias, no debería durar más de dos asaltos, e incluso podría concluir en menos de dos minutos si Joshua decide imponer su potencia sin prolongar el espectáculo. Aun así, el resultado no atraerá nuevos fanáticos ni mostrará el potencial real del boxeo de alto nivel.

El evento tendrá lugar en el Kaseya Center de Miami, con capacidad para más de 20.000 espectadores. Pero si sigue el patrón de Paul-Davis, con poca demanda y precios desplomados, reforzará la idea de que el boxeo necesita un rediseño profundo que devuelva estabilidad y credibilidad al deporte.

Jake Paul merece reconocimiento por aceptar este desafío, y tampoco se puede culpar a Joshua, Matchroom Boxing o Netflix por impulsarlo. La integridad del boxeo lleva años deteriorándose, y este combate solo refleja una tendencia que se ha vuelto habitual en la industria deportiva contemporánea.

El 19 de diciembre, la pelea generará atención, aunque lejos de la producida por Paul-Tyson. Joshua probablemente dominará con contundencia y podría marcar el final del experimento mediático de Paul como boxeador profesional. Que Paul salga ileso y pueda hablar después ya sería un desenlace positivo.

El boxeo siempre ha permitido espacios marginales, pero la era de Paul convirtió esos elementos secundarios en parte central del negocio. Joshua tiene la oportunidad de cerrar un ciclo que desvió el rumbo del boxeo, permitiendo que regresen las peleas competitivas, sostenibles y construidas por méritos deportivos reales.

Porque todo nuevo comienzo surge del final de otro. Y si algo debe renovarse en el boxeo, quizás la fecha para ese cambio sea el 20 de diciembre, cuando empiece una etapa que no puede ser peor que lo que hemos visto en los últimos años.

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