Jarrell Miller no en vano era conocido cariñosamente como “Big Baby”, en la división de peso pesado, hay varios hombres de gran tamaño, pero muy pocos como Miller, además su habilidad y rapidez con los pies, le permitía acortar la distancia más rápido que la mayoría de sus oponentes.

Miller pensaba que cuanto más grande su rival, era mejor. Durante su pesaje de cara a su pelea con Daniel Dubois, registró en la báscula 333 libras y una vez que saludó a la multitud en Arabia Saudita, empezó a frotarse el vientre antes de medirse a Dubois.

Big Baby estaba confiado en que su presión le permitiría acabar con su contendiente el pasado sábado por la noche, especialmente al ver que previamente Oleksandr Usyk y Joe Joyce hicieron lo mismo.

El plan de acción de Miller era simple: empujar a Dubois hacia atrás, traerlo de regreso al lugar oscuro y oblígalo a decir no más.

Esa noche, Dubois controló los primeros asaltos, pero a mitad del camino su oponente comenzó a encenderlo, pese a encontrar su ritmo, la batería de Miller iba en picada, en algunas ocasiones se tumbó en su taburete entre los rounds y su respiración comenzaba a dificultarse.

Para el final de la pelea, Miller ya no tenía casi gasolina y Dubois estaba consciente de su superioridad y en tan solo 10 segundos restantes, comenzó a lanzarlo para obligar al árbitro Michael Alexander a detener el encuentro.

Sin embargo, Miller no está desanimado, por el contrario, usará su primera derrota profesional para tomar con mayor seriedad su carrera y continuar su camino.

“Estaremos activos, estaremos en mejor forma y tendremos un campamento más largo. Volveremos de vuelta al gimnasio”, aseguró Miller.