Michael Moorer, ex campeón mundial de peso semipesado y pesado, cree que hay espacio en la cima para otra división de peso en el boxeo.

Moorer será incluido en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional en junio, terminó su carrera profesional en 2008 con un récord de 52-4-1 (40 KOs) y se convirtió en el primer campeón mundial de peso pesado zurdo, mientras que en el peso semipesado fue feroz y terminó peleando contra algunos de los mejores grandullones de su generación.

Moorer está convencido que el tamaño importa y que, en una era donde existen varios pesos súper pesados, es necesaria la creación de una nueva división. Adicionalmente, el excampeón ha trabajado con personas de la talla de Freddie Roach, Teddy Atlas o George Benton, así que ofreció sus conocimientos para apoyar a la nueva generación.

“Estoy esperando que me llamen para empezar a entrenarlos en la división de peso pesado, como Anthony Joshua. Algunos de los peleadores actuales parecen tener miedo a ser golpeados. En el pasado he dicho que la división debe ser renovada: 200-249 libras, eres un peso pesado. Cuando pasas las 250 libras, te conviertes en un peso súper pesado”, destacó Moorer. 

“Creo que eso puede ser más comercializable en el juego actualmente, y eso se debe a que la sociedad ha cambiado. En el pasado, en la división de peso pesado, pesabas 186 libras. Ya no es eso. Son 256… 286… Hay que cambiarlo”, insistió.

Moorer hizo uso de sus habilidades y su poder para ganar peso. Era aterrador de 175 libras, conocido por sus devastadores nocauts, y a la fecha se muestra satisfecho de admitir que fue un problema. También está contento con sus resultados lo que le permitió encontrar otra línea de trabajo fuera de las cuerdas.

"Todo el mundo sabe que soy investigador privado desde hace unos 22 años. Soy instructor de armas de fuego certificado por la NRA, soy un aficionado de las armas y entreno aquí y allá con personas que quieren mantenerse en forma. He sido investigador privado, guardaespaldas... principalmente guardaespaldas, vigilancia, cosas así", expresó Moorer.

Constantemente los boxeadores pelean durante el retiro, pero van dejando a un lado la estructura y la rutina de un campamento, la identidad de ser un peleador o la emoción de una noche de pelea. Moorer lo hace, pero también está bien al estar fuera de la rutina que rodea este deporte.

“Lo extraño, pero no me gusta estar rodeado de mucha gente, tal vez como un trastorno de ansiedad social. Porque no he estado en un centro comercial en quizás tres años. Me gusta conocer mi entorno, quién está a mi alrededor, entonces estoy bien”, agregó.

Hubo un tiempo en el que se decía que tratar a Moorer era difícil o quisquilloso, pero él dice que se ha suavizado con el paso de los años, incluso si el exterior duro permanece.

Moorer se enfrentó a hombres como Evander Holyfield, David Tua, Frans Botha, Axel Schultz y George Foreman, este último en 1994, ofreció una noche histórica cuando se convirtió en campeón destronando a Moorer en Las Vegas.

En junio, a Moorer se le colgará su placa en el Salón de la Fama y sus logros serán inmortalizados lo que representa un gran logro para él.

“Soy parte de la historia y eso es todo. Mi arduo trabajo valió la pena y trabajé con diligencia, eficacia, duro. Pero ahora todo vale la pena porque estoy siendo recompensado, siendo incluido en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional”, resaltó Moorer.