El destacado prospecto semipesado Ezra Taylor, con apenas una pelea ganada en el boxeo profesional, sin derrotas, firmó un contrato promocionar con la empresa Queensberry Promotions, de Frank Warren.

Taylor, de 26 años, ganó una serie de títulos amateur regionales, pero ahora está persiguiendo cinturones más grandes en las filas profesionales y cree que tiene la plataforma para lograrlo.

Su única pelea profesional fue en marzo de 2020 cuando detuvo a Jevgenijs Andrejevs en dos asaltos. Taylor es entrenado por Ray Ricketts, quien lo entrenó como aficionado en Bilborough Community Boxing Club y dirigido por el exprofesional Costas Evangelou.

“Costas movió los hilos y me habló bien. Supongo que los muchachos de Frank hicieron su investigación y después de algunas reuniones se firmó un acuerdo”, dijo Taylor, quien boxeará en un programa de Queensberry en julio.

Gracias a los patrocinadores, Taylor ahora es un peleador de tiempo completo y recientemente dejó su trabajo como gerente de cuentas de ventas.

Ezra, cuyos héroes del boxeo son Roy Jones Jr y Andre Ward, agregó: “Estaba vendiendo un sueño a la gente, ahora compré el sueño que me vendieron. Esta es una oportunidad fantástica y tengo a grandes personas detrás de mí. Le daré todo lo que haga falta”.

“En el primer año quiero tener tantas peleas como sea posible detrás de mí para adaptarme a lo que es cuando hay presión como profesional. Ojalá me fortalezca, pelee por títulos, los gane y pase al siguiente hasta llegar a la cima”.

Taylor entró por primera vez en un gimnasio de boxeo en su adolescencia, pero nunca esperó ni siquiera competir como aficionado y mucho menos ganar un contrato profesional con un promotor del Salón de la Fama.

Explicó: “Empecé cuando tenía 14 años, pero solo iba al gimnasio de boxeo una vez a la semana para mantenerme en forma”.

“Al final tuve que entrenar con tipos que vivían del boxeo, estaban en el gimnasio la mayoría de las noches y competían como aficionados. Empecé a recibir una paliza”.

“Solo quería estar en forma, lanzar una cuerda para saltar y decirles a mis amigos que estaba golpeando la bolsa en el gimnasio de boxeo”.

“Perdí el interés, pero aun así usaba un gimnasio y finalmente conseguí un poco de altura y músculo. Regresé al gimnasio de boxeo cuando tenía 19 años, nuevamente para estar en forma y el resto es historia”.