Fallece Tommy Brooks, legendario entrenador de boxeo, a los 71 años

El mundo del boxeo se encuentra de luto tras conocerse el fallecimiento de Tommy Brooks, uno de los entrenadores más influyentes del deporte, quien murió a los 71 años el martes 29 de julio de 2025, tras una breve pero agresiva batalla contra el cáncer. Su legado como mentor de múltiples campeones mundiales deja una huella imborrable en la historia del pugilismo.

Brooks nació en Knoxville, Tennessee, y se crio en San Diego, California, como el mayor de once hermanos. Su acercamiento al boxeo comenzó desde muy joven, y pronto destacó en el circuito amateur estadounidense, ganando torneos estatales y regionales. En 1975, se coronó campeón nacional de la categoría de peso medio, venciendo a rivales de gran proyección. Poco después dio el salto al profesionalismo, aunque su carrera como boxeador fue breve, con un récord de siete victorias y tres derrotas. Su verdadera vocación estaba fuera del cuadrilátero: en la esquina, como entrenador.

Durante su formación como técnico, Tommy fue influenciado por leyendas como Archie Moore, George Benton, Eddie Futch y Lou Duva. Aprendió de ellos no solo la estrategia y la táctica del boxeo, sino también los valores de compromiso, disciplina y lealtad hacia los atletas. Este aprendizaje le permitió desarrollar un estilo propio, caracterizado por una visión clara del combate, una preparación minuciosa y una notable capacidad para adaptar los planes de pelea a las condiciones de cada boxeador.

La Locomotora Oliveras: legado de lucha, gloria y transformación en el boxeo femenino

La figura de Tommy Brooks se consolidó en la década de 1990, cuando dirigió la carrera de Evander Holyfield, llevándolo a conquistar títulos mundiales en las divisiones crucero y peso pesado. También fue pieza fundamental en los triunfos de Holyfield sobre figuras como Mike Tyson. Paradójicamente, años después, Brooks se convertiría en entrenador del propio Tyson, con quien colaboró en seis combates, todos ganados por nocaut, reafirmando su capacidad de trabajar con personalidades y estilos diversos.

Entre los grandes nombres que pasaron por sus manos se encuentran los hermanos Wladimir y Vitali Klitschko, Michael Grant, Samuel Peter, Mike McCallum, Junior Jones, Vinny Pazienza y Vassiliy Jirov. Muchos de ellos han destacado la seriedad, la honestidad y la dedicación de Brooks a lo largo de sus carreras. Incluso en las etapas finales de su trayectoria, siguió trabajando con boxeadores internacionales, como los chinos Zhilei Zhang y Fanlong Meng, contribuyendo al desarrollo del boxeo en nuevas regiones.

Brooks también fue un referente moral para la comunidad boxística. Su ética de trabajo, su trato justo y su transparencia lo convirtieron en una figura muy respetada, no solo entre entrenadores y promotores, sino también entre los propios atletas. Fue incluido en el Salón de la Fama del Boxeo de Nueva Jersey en 2003, un reconocimiento que reflejó su enorme aporte al deporte tanto en Estados Unidos como a nivel global.

A lo largo de su carrera, Tommy Brooks demostró ser mucho más que un entrenador. Fue un educador, un estratega y un guía para decenas de púgiles que confiaron en su criterio y experiencia. Su legado no se mide únicamente en cinturones o estadísticas, sino en la formación de hombres y atletas que encontraron en él un ejemplo de profesionalismo y coherencia.

El fallecimiento de Tommy Brooks deja un vacío inmenso en el boxeo profesional. Su vida estuvo dedicada por completo al deporte, y su influencia seguirá vigente en cada gimnasio donde se respete la esencia del noble arte del boxeo. Brooks deja a su esposa Donna, a sus hijos y nietos, así como a una comunidad pugilística que lo recordará por siempre como uno de los grandes pilares del entrenamiento moderno.