Navarrete busca su primera unificación tras 7 años como campeón. El 7 de marzo enfrentará a “Sugar” Núñez por los títulos superpluma OMB–FIB en Phoenix.
REPORTEEl lunes
Ludo Sáenz Lorenzo-Luaces
En el marco de la reciente Convención Anual de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), celebrada en Bogotá, Colombia, Emanuel “Vaquero” Navarrete volvió a conversar con el periodista Juan Larena para una entrevista tan sincera como reveladora. Con la serenidad de un campeón consolidado y la urgencia de un boxeador que reconoce que el tiempo empieza a volverse limitado, Navarrete abrió su corazón sobre sus frustraciones, sus ambiciones y sobre la pelea más importante de su carrera… una pelea que ya tiene fecha.
Navarrete fue directo:
“Después del título mundial vienen las metas grandes: unificar, ser campeón absoluto, inmortalizar tu nombre”.
Pero esa meta se le ha escapado una y otra vez.
“Siete años de campeón del mundo… y nunca he podido unificar”, confesó.
Sin embargo, todo eso está a punto de cambiar.
El Vaquero está oficialmente programado para enfrentar a su compatriota Eduardo “Sugar” Núñez en una pelea de unificación por los títulos superpluma de la OMB y la FIB. El combate se realizará el 7 de marzo en el Footprint Center de Phoenix, y será transmitido por DAZN, en un duelo pactado a 12 asaltos que definirá al campeón unificado de las 130 libras.
Para Navarrete, esta es la oportunidad largamente esperada:
“Si no pasa ahora, ya no me hice nunca una unificación”.
El campeón reconoce que la ventana de oportunidad se está cerrando:
“Me queda poco tiempo en el boxeo. Estas son las peleas que necesito para cerrar mi carrera con broche de oro”.
El choque contra Núñez no solo representa un duelo entre dos mexicanos de potencia explosiva, sino también la posibilidad real, quizás única, de que Navarrete deje su nombre grabado en la historia del boxeo con letras grandes.
Al hablar del estilo que le gusta enfrentar, Navarrete no dudó en elogiar a Núñez:
“Es un excelente campeón, un noqueador por encima del 90%”.
Es precisamente ese tipo de peligro lo que él busca en esta etapa final.
“Los mexicanos son peleadores de choque, que van a dar espectáculo”.
Navarrete no quiso una unificación cómoda. Quiso una que lo exigiera. Que contara. Que dejara marca.
Además del duelo con Núñez, el Vaquero mencionó los rivales que siempre quiso enfrentar:
Gervonta Davis
Vasyl Lomachenko (en su momento)
Rivales a los que describe como peleadores que “no te dan una sola oportunidad de ganar”.
Ahí está el rasgo que distingue a Navarrete del resto:
“No tengo problema con una derrota”, afirmó. “Quiero pelear con alguien que realmente me gane porque fue mejor. Yo quiero eso”.
Mientras muchos campeones buscan cerrar su carrera con victorias cómodas, Navarrete va en la dirección contraria.
“No quiero cinco victorias contra peleadores con poca capacidad. Quiero peleas complicadas, difíciles”.
Lo que busca es desafío. Riesgo real. Historia.
En tiempos donde proteger el récord parece más importante que la competencia, Navarrete levanta otra bandera: la del combate auténtico.
Al final de la entrevista, Larena destacó lo que todos notan cuando hablan con él: su honestidad. Y Navarrete la revalidó una vez más con la misma franqueza de siempre.
Su mensaje final, casi un manifiesto, resume la esencia del Vaquero:
“Lo único que quiero es irme contento, sabiendo que peleé con los mejores… incluso con los que parecía imposible ganar”.
El 7 de marzo en Phoenix, esa búsqueda de grandeza tendrá su prueba más importante.
Para ambos, el encuentro representaría un paso decisivo hacia nuevos mercados y una mayor exposición global del deporte, como lo es Arabia Saudita
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