¡A Puñetazo Limpio: No es bueno desafiar la báscula!

GENERAL04 de mayo de 2007 Juan Brignone



CAMPEONATO MUNDIAL SUPER WELTER DEL CMB




¿QUE quién es el favorito de este sábado 5?



 


No lo hay. No claramente, al menos.


 


Oscar de la Hoya y Floyd Mayweather tiene, cada cual por su lado, sus virtudes y sus defectos. Tantas y tantos, que es difícil determinar de antemano quién ganará, sobre todo porque se desconoce cómo reaccionarán en una pelea tan gigante como es ésta, que ya ha implantado nuevas marcas en ventas.


 


Pasa lo mismo que ocurrió cuando sentenciaban a Edgar Sosa a una derrota irremediable frente a Brian Viloria, sólo porque “le falta corazón”. En una pelea de campeonato mundial los antecedentes pueden guiar, pero nunca serán definitivos.


 


Es, por así decirlo, como cuando las poderosas Aguilas del América enfrentan a las Chivas: no cuenta cómo lleguen. En un clásico todo es diferente.


 


Lo mismo en una contienda de título.


 


Y eso mismo pasa ahora con De la Hoya y Mayweather.


 


Decía el profesor Víctor Cota que el peso será uno de los factores. Yo diría que ese, justamente ese, será el FACTOR.


 


La diferencia de edad es nada: 4 años. El número de peleas, tampoco: 42 (DH) por 37, aunque aquí habrá que destacar que el “Pretty Boy”  marcha invicto, en tanto que el “Golden Boy” registra cuatro derrotas. Oscar ha boxeado en su carrera 289 asaltos; Floyd, 266.


 


No, si les digo que el contraste entre una y otra trayectoria no es mucha, a pesar de los cuatro años de distancia que hay entre un debut y otro.


 


La experiencia en peleas de campeonato mundial es otro factor a considerar. En este terreno, las meticulosas estadísticas que nos regala Luis Medina indican que De la Hoya tiene 29 (25-4) por sólo 19 (19-0) del medallista de bronce en Atlanta ‘96.


 


Pero, insisto, el tonelaje será decisivo.


 


La estatura de Floyd es apenas la de un ligero… superligero cuando mucho. En welter ya está en desventaja, sólo que su calidad lo saca adelante. La noche del próximo sábado escalará al ring como un superwelter forzado, inflado, gordo y, en consecuencia, su principal arma, la velocidad, disminuirá.


 


De la Hoya, en cambio, sí tiene estatura para la división. Floyd y el ganador de la plata en Barcelona’92 se iniciaron como superplumas (58.967 kilogramos), 10 kilos menos del límite superwelter.


 


Se sabe también que conforme se sube de división se pierde poder y, a la vez, resistencia.


No quiero decir con esto que Floyd, esté condenado a la derrota. Sería irresponsable afirmarlo.


 


Pero de que será la clave, lo será. No sería raro que nos pasaran la misma película que vimos el 18 de septiembre de 2004: Bernard Hopkins pegó un gancho al hígado de oro de Oscar y éste se quedó ahí, en la lona, incapaz de ponerse en pie.


 


Así pagó la osadía de desafiar a Doña Báscula, al pretender reinar entre los medios.

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